Contenido:
ALCOHOL, abuso y síndrome de abstinencia
de
Los efectos perniciosos del alcohol se dan tanto por su abuso como por
su brusca supresión en una persona habituada al consumo excesivo
del mismo.
- Abuso de alcohol
El beber alcohol en exceso puede poner a un hombre en estado crítico,
ya sea por haber absorbido una cantidad tóxica de alcohol o por
sufrir accidentes en ese estado.
La manifestación del abuso de alcohol varia según la cantidad
consumida; va desde la embriaguez ordinaria hasta la intoxicación
aguda grave.
En el estado de EMBRIAGUEZ ORDINARIA el sujeto
controla mal sus músculos, le resulta difícil hablar o andar
correctamente y es incapaz de llevar a cabo acciones sencillas. Su cara
está enrojecida y los ojos «inyectados en sangre».
Puede vomitar. Su comportamiento va desde el estado de euforia y alegría
hasta el de agresividad, o incluso puede sentirse deprimido. Asegúrese
de que no tiene fracturas u otras lesiones.
El alcohol es un tóxico. Cuando se ha tomado en gran cantidad y
en poco tiempo, especialmente con el estómago vacío, puede
producirse un envenenamiento o INTOXICACIÓN
AGUDA GRAVE, que puede llegar a ser mortal por fallo respiratorio
o cardíaco. En este estado el paciente yace inconsciente, con respiración
lenta y ruidosa, pupilas dilatadas, pulso rápido y cierta lividez
en los labios; su aliento olerá a alcohol.
A la hora de atender a un paciente con un cuadro de abuso de alcohol o
de privación del mismo hay una cuestión fundamental:
EL PACIENTE NUNCA HA DE QUEDARSE SOLO, porque podría entrar
en un estado de inconsciencia, si es que no lo estaba previamente, y vomitar
y aspirar el vómito, lo que podría resultar fatal.
Si la persona está ebria pero consciente, se le darán 1-2
vasos de agua para prevenir la resaca producida por la deshidratación
alcohólica y se le acostará. No comerá nada hasta
que se recupere. Por supuesto, no beberá alcohol. Las molestias
propias de la RESACA (dolor de cabeza, malestar general y molestias de
estómago) se tratarán haciendo tomar al paciente abundantes
líquidos no alcohólicos, junto a comprimidos de paracetamol
(CAJÓN 3, Botiquines A, B y C) y, si es necesario, un antiácido
(algedrato + hidróxido de magnesio, CAJÓN 2, Botiquines
A, B y C), que se dará tres veces al día.
Si el paciente se encuentra inconsciente, la primera medida será
verificar si existen movimientos respiratorios y latidos cardíacos,
ya que en caso contrario habrá que iniciar las maniobras de reanimación
cardiopulmonar (ver Capítulo
1.2). Si el paciente respira habrá que colocarlo en posición
lateral de seguridad para evitar la aspiración de su propio vómito
(ver Capítulo
1.5). Es imprescindible solicitar cuanto antes CONSEJO
MÉDICO POR RADIO.
- Síndrome
de abstinencia de alcohol
Cuando a una persona que durante largo tiempo se ha hecho dependiente
del alcohol se le priva éste de forma brusca, pueden ocurrir dos
situaciones: una, más leve, en la que ante la falta de consumo
aparecen temblores de manos, sacudidas del cuerpo y sudoración,
especialmente por la mañana. El enfermo en este caso suele decidir
su propio tratamiento ingiriendo una nueva copa.
La situación más grave que se produce con la deprivación
del alcohol es el DELIRIUM TREMENS, caracterizado por una grave
perturbación mental y emocional (alucinaciones), junto a temblores,
gran sudoración y fiebre (hasta de 39º).
Es una situación de grave emergencia médica que puede llevar
al sujeto a la muerte.
Ante un cuadro grave de abstinencia de alcohol el enfermo debe ser aislado
y atendido cuanto antes; la iluminación de la estancia será
reducida al mínimo para evitar en lo posible las probables visiones
imaginarias. Hay que procurar que beba abundantes líquidos azucarados
y, si quiere comer, se le darán alimentos. De forma especifíca,
se intentará calmar al paciente con un vaso (50 ml.)
de whisky o su equivalente en vino; se le inyectarán, además,
50 mg.
de clorpromazina (CAJÓN 4, Botiquines A y B) en inyección
intramuscular, pudiendo repetir la dosis a las 6 horas si el paciente
no se ha calmado. Como alternativa, se puede administrar 10 mg.
de diazepam intramuscular (CAJÓN 4, Botiquines A, B y C), dando
después 10 mg.
vía oral (comprimidos) cada 4 horas hasta que el paciente se calme.
Una vez iniciado el tratamiento no se le debe dar más alcohol.
Ante la gravedad potencial de este cuadro es necesario obtener CONSEJO
MÉDICO POR RADIO.