Guía Sanitaria a Bordo
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ACCIDENTES MENORES DE BUCEO

Cualquier síntoma, como HORMIGUEOS, PICORES, MANCHAS ROJIZAS EN PIEL, DOLORES ARTICULARES O DOLORES MUSCULARES, después de una inmersión, se debe considerar como posible inicio de Enfermedad Descompresiva, por lo que aconsejamos acudir a la lectura inmediata del Capítulo 2.8, ACCIDENTE GRAVE DE BUCEO), o solicitar CONSEJO MÉDICO POR RADIO.

  1. Enfermedad descompresiva leve o tipo I
  2. Se manifiesta fundamentalmente por:

    • Dolor articular sin artritis, o de tipo muscular.
    • Picor.
    • Manchas en la piel, especialmente puntos o manchas rojizas en tórax, hombros y piernas.

    Estos síntomas pueden aparecer inmediatamente después de la inmersión o tras minutos u horas.

    Si un buceador presenta estos síntomas:

    • Se le debe colocar en posición lateral de seguridad, sobre el costado izquierdo.
    • Administrarle oxígeno (OTRO MATERIAL FUERA DE CAJONES, Botiquines A y B) (ver Capítulo 6.8, OTROS PROCEDIMIENTOS DE ENFERMERÍA) a la máxima concentración posible hasta llegar a la cámara hiperbárica. Retirar el oxígeno si aparecen convulsiones.
    • Evacuar al paciente a la cámara hiperbárica más cercana (relación en Capítulo 2.8, ACCIDENTE GRAVE DE BUCEO). Tenga en cuenta que estos síntomas pueden ser el inicio de una enfermedad descompresiva grave. No son recomendables las cámaras monoplazas (cartuchos).
    • Pedir CONSEJO MÉDICO POR RADIO.


  3. Lesiones del oído (barotraumatismos óticos)

    En cualquier situación, como resfriados, alergias, procesos inflamatorios rinofaríngeos agudos y crónicos, en los que no se pueda «compensar» conviene abstenerse de bucear.


    Imagen de cambios de presión en el oído durante el descenso

    Figura 7-118: Cambios de presión en el oído durante el descenso



    Imagen de cambios de presión en el oído durante el ascenso

    Figura 7-119: Cambios de presión en el oído durante el ascenso.


    Los descongestivos nasales aplicados esporádicamente pueden ser útiles, como la Metoxamina (CAJÓN 6, Botiquines A y B). Su aplicación habitual provoca atrofia de la mucosa y acaban siendo ineficaces.

    Cuando no se pueda «compensar» durante la inmersión, ascienda un poco o pare en la profundidad donde haya aparecido el problema. Si aun así no se consigue, salga a superficie y deje de bucear.

    Los síntomas de los barotraumatismos dependen de la intensidad de las lesiones. Pueden aparecer durante, tras el buceo o incluso días después de la inmersión. De menor a mayor gravedad, son:

    • Sensación de oído tapado (no se consigue compensar).
    • Pitidos o ruidos anormales.
    • Náuseas.
    • Dolor de oídos.
    • Disminución de la audición.
    • Vértigo.
    • Hemorragia por fosas nasales o por el oído.

    La sordera de evolución lenta, frecuente en los buceadores profesionales con años de antigüedad, puede disminuir la sensibilidad al dolor por endurecimiento del tímpano. Estos buceadores pueden sufrir un barotraumatismo grave sin haber percibido los síntomas iniciales de aviso.

    El tratamiento depende de la sintomatología. Consejos generales:

    1. No bucear hasta el completo restablecimiento.
    2. Antibióticos, antiinflamatorios y analgésicos, según CONSEJO MÉDICO POR RADIO.
    3. No utilizar gotas en el oído.

  4. Lesiones de senos paranasales (sinusitis)

    Los síntomas pueden ser:

    • Dolor en la frente o en el resto de la cara.
    • Mucosidad sanguinolenta o sangrado franco por la nariz.

    El tratamiento, en los casos leves, consistirá en antibióticos y antiinflamatorios por vía oral, según CONSEJO MÉDICO POR RADIO.

  5. Dolores dentales

    Se deben al efecto de barotrauma en las caries de las piezas dentales. Se pueden acusar más con la temperatura fría del agua. Se aconseja abstenerse de bucear hasta haber reparado las piezas dañadas.

    Ante un caso agudo, tomar analgésico como paracetamol (CAJÓN 3, Botiquines A, B y C) y pedir CONSEJO MÉDICO POR RADIO.


  6. Dolores abdominales

    La expansión de los gases contenidos en las asas abdominales durante el ascenso puede producir cólicos abdominales, acompañados de molestias vagas, eructos, etc.

    El moderar la velocidad del ascenso, o incluso parar unos instantes manteniendo la calma, suele ser útil. También el cambiar de posición en la parada, situándose con la cabeza hacia abajo.

    Para tratarlos, ver Capítulo 8.23, GASES (METEORISMO).

 


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