DEPRESIÓN
Depresión no es lo mismo que un estado de ánimo triste o melancólico; es algo más profundo que, además, se acompaña de síntomas en otros órganos y sistemas del cuerpo.
Cualquiera puede pasar por una crisis depresiva a lo largo de su vida. No convierte al que la padece en un enfermo mental y no va a necesitar, en la mayoría de las ocasiones, ingreso hospitalario.
En la aparición de las depresiones puede haber un hecho que las desencadena: la muerte de alguien querido, un divorcio, la ausencia prolongada del hogar, estrés laboral, aumento de responsabilidades, soledad, enfermedad, etc. En otras ocasiones no hay una causa reconocible.
El sujeto deprimido presenta las siguientes manifestaciones:
Normas de actuación ante el enfermo deprimido
El objetivo de la relación con el sujeto deprimido es hacerle sentir que comprendemos sus sentimientos negativos y darle esperanzas de que desaparecerán. La comunicación con él debe ser clara, «poniéndose en su lugar» y ofreciéndole ayuda. El enfermo deprimido siente alivio cuando logramos comunicarle que entendemos su problema, y él se da cuenta de que va a recibir ayuda: «COMPRENDO LO QUE TE PASA», «TE VAMOS A AYUDAR».
Nunca se le debe decir: «ánimo, no pasa nada», o «venga, hombre, tienes que animarte». Hay que comprender que él no quiere estar triste, pero la tristeza le desborda sin que lo pueda evitar.
Cuando los síntomas de la depresión se hacen preocupantes, o si lo pide el interesado, pediremos CONSEJO MÉDICO POR RADIO y siempre que sospechemos por su actitud o antecedentes la posibilidad de ideas suicidas, (ver INTENTO DE SUICIDIO).