Guía Sanitaria a Bordo
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PACIENTE VIOLENTO

La mayoría de los sujetos violentos no son enfermos mentales propiamente dichos, sino personas que ante determinadas circunstancias responden con una conducta violenta, asociada en ocasiones a un abuso de alcohol o drogas. Los trastornos mentales mayores no son causa importante de conducta violenta, excepto algunos casos de psicosis aguda en los que es inevitable la contención física, (ver Capítulo 9.5, PSICOSIS AGUDA).

Sospecharemos que el sujeto podría desarrollar un comportamiento violento cuando:

Normas de actuación ante un paciente violento:

  1. Si el estado del sujeto no es de agresividad manifiesta y está en disposición de recibir ayuda, se intentará calmarlo hablando con él. El objetivo de esta conversación es hacerle comprender que podemos ayudarle a controlar sus impulsos si quiere colaborar.

    • Permitirle que elija con quién y dónde quiere hablar, y si quiere hacerlo sentado o de pie.
    • Evitar en la entrevista la presencia de público innecesario.
    • Mantener un distanciamiento físico. No tocarle ni decirle cosas que le puedan excitar.
    • No humillarlo ni hacerle sentirse rechazado. Poner límites a su conducta, pero nunca amenazándole o mostrando cólera hacia él.
    • Hablarle sobre la conveniencia de consultar al médico sobre su problema CONSEJO MÉDICO POR RADIO.
    • Si el sujeto tiene alucinaciones, o cree que le persiguen para matarle o hacerle daño, no discutir con él ni decirle que delira o miente, ya que podría excitarse más. Hacerle ver que se le puede ayudar pero advirtiéndole que no se hablará con él mientras adopte una actitud agresiva.

  2. Si el paciente es abiertamente combativo y violento o empuña armas, el hablarle podría encolerizarle más aún, por lo que se deberá recurrir a la contención física con arreglo al siguiente método:

    • Deben realizarla cinco personas por lo menos que, mediante un plan preestablecido, sujetarán uno la cabeza y los otros cuatro un brazo o una pierna cada uno; la acción se ejecutará a la voz de ¡ya! de uno de los participantes (ver figura 9-1).


      Imagen de cómo reducir a un paciente violento

      Figura 9-1: Cómo reducir a un paciente violento.

    • Se deberá actuar cuando el sujeto está distraído, procurando que otros le distraigan; las cinco personas que van a inmovilizarle lo deben hacer al mismo tiempo.
    • Las ataduras de cuero son las más seguras (bandas, cinturones, etc.) y deben ser comprobadas periódicamente. Las ataduras con cabos también son eficaces, aunque se vigilará que éstos no sean tan finos que pudieran lesionar al paciente en el forcejeo, y que el nudo no apriete tanto que comprometa la circulación sanguínea. Se puede utilizar la camilla de Neil-Robertson (OTRO MATERIAL FUERA DE CAJONES, Botiquín A) (ver figura 9-2).


      Imagen de método de contención física con la camilla de Neil-Robertson

      Figura 9.2: Contención física con la camilla de Neil-Robertson.


    • Pedir CONSEJO MÉDICO POR RADIO; el médico indicará la medicación pertinente.
    • No retirar las ataduras salvo en presencia de personal suficiente para volverlo a reducir si sigue forcejeando.
    • Explicarle entonces con tranquilidad al enfermo la razón de la contención.

 



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