EL AGUA A BORDO
El agua es un elemento esencial para la vida, y constituye más del 70% de nuestro organismo.
Su manejo a bordo requerirá todo nuestro cuidado, pues supone uno de los aspectos más importantes de la higiene de los buques.
El agua la utilizamos principalmente para el consumo directo (agua de bebida, de preparación de comidas) y limpieza de los alimentos mismos y de los utensilios de cocina y comedor; también de forma secundaria para el aseo personal, lavandería, limpieza de alojamientos, etc.
El agua destinada al consumo humano ha de reunir una serie de requisitos:
El agua con estas características es la que denominamos «agua potable».
Este agua puede producirse a bordo mediante destilación o desalinización del agua del mar, pero lo más habitual (y sobre todo en barcos pequeños) es que provenga de puerto, en cuyo caso puede haber sido tratada en tierra; ante la duda será tratada a bordo para asegurar su potabilidad y proteger la salud de la tripulación. Los sistemas de abastecimiento y depósito deben ser minuciosamente comprobados para evitar la contaminación de la misma.
El circuito de agua potable incluye los depósitos, las bombas y el sistema de distribución, y ha de ser absolutamente independiente del resto de las canalizaciones del buque, especialmente de los circuitos de aguas residuales. Debe estar construido con materiales resistentes a la corrosión y no tóxicos. Constará de dispositivos antirreflujo y filtros en los respiraderos de los depósitos, que impidan el paso a insectos y roedores, e indicadores automáticos de nivel, que eviten el uso de varillas.
El depósito debe poder desaguarse totalmente y tendrá un registro lateral para su inspección y limpieza periódica.
Especialmente importante es la carga, que contará con un conducto de llenado en cubierta y con toma para conectarse a las mangueras del puerto. Las mangas se guardarán en un armario especial rotulado «Manga de agua potable», y no se emplearán para otro fin. Estas mangas han de limpiarse y desinfectarse periódicamente para asegurar su correcto estado.
Al realizar el suministro de agua potable tendremos en cuenta unas necesidades mínimas por tripulante y día de 32 litros para bebida y cocina y 88 litros para lavado. Estas cantidades pueden incrementarse para disponer de mayores facilidades higiénicas, alcanzándose consumos de unos 200 litros/tripulante/día. El consumo también va a depender del tipo de barco y zona de navegación, por lo que habrá que aumentar el suministro para navegación por aguas cálidas.
Cuando existan dudas sobre la calidad del agua o se sospeche una contaminación de la misma, se procederá a su potabilización: el sistema más sencillo, práctico y seguro es la cloración, que se efectúa con lejía comercial no detergente, (ver ANEXO 8).
Si el barco dispone de planta destiladora se tendrá que verificar su estado y desinfectar el equipo periódicamente, y se desconectará cuando se navegue por aguas altamente contaminadas (generalmente se consideran polucionadas las aguas a menos de 12 millas de la costa, zonas de desagüe y zonas de limpieza de petroleros, barcos factoría, etc.)
El hielo que vaya a estar en contacto con bebida o alimentos tiene que hacerse con agua potable, y habrá de manejarse en condiciones higiénicas, con ropa, calzado y guantes limpios, y se lavará con agua potable antes de su uso.
Agua potable de los botes y balsas salvavidas
Los tradicionales depósitos de agua potable de los botes salvavidas se han sustituido por raciones individuales herméticamente cerradas en bolsas o latas, que facilitan la tarea de mantenimiento (solamente se comprobarán fechas de caducidad y ausencia de pérdidas). Si los botes tienen su reserva de agua potable en tanques, ésta ha de ser renovada cada mes, procediendo a la vez a la inspección del depósito.