Guía Sanitaria a Bordo
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PIEL, alteraciones de la

Las diferentes estructuras que componen la piel poseen un limitado número de respuestas patológicas ante los múltiples estímulos que pueden afectarla. Estas respuestas son lo que se denominan lesiones elementales. Al conjunto de las mismas que aparecen en la piel de un enfermo se le llama erupción cutánea.

La interpretación correcta de las lesiones elementales es fundamental para el diagnóstico ya que en el enfermo de piel también los síntomas son muy limitados (picor, dolor, escozor) y, en muchas ocasiones, inexistentes.

El reconocimiento y tratamiento de la afección fundamental es la manera apropiada de curar esas erupciones cutáneas.

En otros apartados anteriores hemos tratado enfermedades localizadas en la piel (alergias, forúnculos, parásitos). Ahora comentaremos ciertos problemas que por su frecuencia se pueden dar a bordo.

Grietas

Imagen de grieta

Figura 8-17: Grieta

Se dan en las zonas del cuerpo expuestas al viento o al agua salada, o al no secarse debidamente la piel. Se produce irritación y dolor.

Se deben evitar, en lo posible, las causas que las producen, y cubrir la lesión con vaselina o crema hidratante y mantenerse caliente (llevar guantes, por ejemplo).

Dermatitis

Imagen de dermatitis

Figura 8-18: Dermatitis

Irritación de la piel, generalmente debido a sustancias que han sido manipuladas o usadas indebidamente; otras veces se trata de alergias. Los irritantes más frecuentes son detergentes, polvos de limpieza, conservantes de pescado, disolventes, petróleo o derivados.

Hay diversos tipos de dermatitis, pero la mayor parte de los casos se inician con un enrojecimiento difuso de la piel afectada. Pueden producirse pequeñas vesículas, que se rompen formando costras.

Como primera medida, se debe buscar el agente irritante y evitar el contacto. Sobre la lesión, descartadas otras posibles causas, aplicar tres veces al día pomada de corticoides (CAJÓN 10, Botiquín A); no se debe prolongar el tratamiento más allá de una semana, salvo consejo médico.

Infección de la piel (impétigo)

Imagen de impétigo

Figura 8-19: Impétigo

Suele afectar a zonas expuestas, como cara y manos. Comienza como una vesícula líquida que pronto se rompe y se cubre de una costra amarilla. La piel de alrededor está sana.

Debido al riesgo de contagio, las manos deben lavarse cuidadosamente después de haber tratado la zona afectada; el tratamiento debe hacerse dos veces al día con una solución antiséptica (clorhexidina, CAJÓN 14, Botiquines A y B). Las erupciones en cara se dejarán descubiertas, pero las de las manos o de cualquier parte cubierta deben protegerse con un apósito seco que se cambiará a diario.

Sarpullido por el calor

Imagen de sarpullido por calor

Figura 8-20: Sarpullido por calor

Se suele producir en las zonas tropicales o en locales de trabajo muy calurosos, especialmente cuando hay humedad elevada. Afecta a zonas donde la ropa roza o está apretada, o en pliegues de la piel.

Comienza con granitos rojos diseminados que escuecen; en el centro de los granitos a veces se forman diminutas vesículas, que pueden romperse e infectarse secundariamente. Puede que haya otros síntomas generales como cansancio, dolor de cabeza o calambres.

Se debe prestar atención a la ropa, que debe ser ligera, holgada y transpirable. Tomar duchas frías, pero no usar jabones. Después, secar la piel sin frotar. Es aconsejable utilizar vaselina en las zonas de roce de la ropa.

 


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