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PICOR (PRURITO)
El prurito es una sensación localizada o generalizada que el paciente
intenta aliviar rascándose. Es una respuesta de la piel a una amplia
gama de estímulos físicos y químicos.
Puede estar asociado a enfermedades de la piel o a enfermedades generales
del organismo:
- El picor asociado a un problema en la piel
suele ser localizado, existiendo lesiones cutáneas que lo justifican.
La causa más frecuente, dentro de este grupo, la constituye la
sequedad de la piel (xeroris); suele darse en personas mayores de cuarenta
años, siendo su localización más típica las
piernas.
Puede ser debido a parásitos en la piel, (ver
Capítulo 8.36, PARÁSITOS DE LA PIEL).
El picor en el ano en concreto es causado a menudo por el exceso de sudor,
suciedad o secreción por almorranas. Hay que descartar infectación
por lombrices, (ver Capítulo
8.36, LOMBRICES).
- El prurito asociado a enfermedades internas
es generalizado, más o menos intenso, y no se observa ninguna lesión
que lo justifique. Puede aparecer en enfermedades de hígado, sangre,
riñón, tiroides, diabetes, etc.,
o acompañar a una urticaria, (ver Capítulo
2.1, REACCIÓN ALÉRGICA).
Será el tratamiento de la causa del picor el que ponga fin a
éste. No obstante, como medida general hay que evitar irritantes
cutáneos, como fibras sintéticas, jabones y detergentes,
manteniendo bien hidratada la piel, con duchas de agua tibia, y secar
sin frotar. Debe evitarse el rascado; si éste es irresistible,
usar las yemas de los dedos, no las uñas. En ciertos casos, la
aplicación de polvos de talco puede aliviar.
Si el picor se hace insoportable, buscar CONSEJO
MÉDICO POR RADIO.