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DELIRIOS Y ALUCINACIONES (PSICOSIS AGUDA)
Es una situación clínica que puede ser producida por muchos
trastornos, como la manía, la esquizofrenia o el abuso de alcohol
o de algunas drogas.
En la psicosis, el enfermo pierde el sentido de la realidad, se muestra
agitado, con tics, movimientos incontrolados, alucinaciones (se percibe
por los sentidos algo que no existe), ilusiones (interpretación falsa
de una imagen real) y delirios (ideas incoherentes, contrarias a la realidad
y al sentido común). Es difícil tratar con él, porque
está excitado y es incapaz de razonar. Las psicosis agudas son trastornos
psiquiátricos mayores que requieren tratamiento hospitalario.
Los síntomas y signos de esta enfermedad van apareciendo a lo largo
de un corto espacio de tiempo, desde unos días a dos semanas, presentando:
- Trastornos en los pensamientos (desde
un pensamiento pobre y lento hasta uno acelerado con cambios rápidos
de un tema de conversación a otro) y delirios (cree ser otro, que
le persiguen, que le engaña su mujer, etc.).
- Ideas anormales, que no se corresponden
con la realidad. El enfermo alucina, ve cosas y oye voces que le envían
mensajes o que conversan entre ellas. Cree que todo lo que ocurre a su
alrededor, los acontecimientos de cada día, tienen alguna relación
con él. Así, por ejemplo, está convencido de que
los programas de televisión o radio y las conversaciones de la
gente están dirigidos a él, que le hablan los extraterrestres
o que tiene apariciones celestiales que le dan órdenes.
- Otros síntomas: insomnio, agitación,
desequilibrios afectivos, aumento de actividad («no para de moverse»),
el sujeto siente la necesidad de estar constantemente en movimiento.
Normas de actuación ante una psicosis aguda
La psicosis es una URGENCIA MÉDICA. El enfermo tiene alterados el
pensamiento y el juicio que, unido a la agitación, puede desembocar
en actos violentos. En estos casos se solicitará de inmediato CONSEJO
MÉDICO POR RADIO, en el que se nos indicará el tratamiento
que se debe aplicar. Es conveniente, además, poner en práctica
otro tipo de medidas:
- Garantizar la seguridad del enfermo y la del resto de la tripulación,
(ver PERSONALIDAD
SUICIDA y PACIENTE
VIOLENTO ).
- Incluso si el sujeto no es violento, es conveniente confinarlo en un
camarote sin ruidos estridentes ni luces intensas, apartando de su alrededor
todos los objetos peligrosos como mecheros, cinturones, objetos afilados
y contundentes e incluso muebles innecesarios.
- Alguien en quien el enfermo confíe y cuya presencia le resulte
tranquilizadora permanecerá con él, y le explicará
la necesidad de que esté en ese lugar mientras dure su agitación.
- Es muy importante que en todo momento se respete la dignidad del paciente.
Hay que tener en cuenta que entre sus delirios y alucinaciones tiene momentos
de lucidez en los que es consciente de su situación, y una actitud
de desprecio o prepotencia hacia él podría convertirle en
violento. Por tanto, es necesario explicarle el porqué se adoptan
esas medidas diciéndole: «LOS SÍNTOMAS DE TU ENFERMEDAD
SON IMPREVISIBLES, TE DEVOLVEREMOS ESTOS OBJETOS TAN PRONTO COMO PODAMOS
Y, MIENTRAS, LLAMAREMOS AL MÉDICO PARA QUE SE OCUPE DE TI».
- Se le deben poner límites claros y simples, evitar las discusiones
largas (puede volver a sus delirios y alucinaciones). Se le darán
explicaciones de todo lo que se le hace, lo más claras y simples
que sea posible, ofreciéndole la posibilidad de que él mismo
hable con el médico o esté presente en la consulta médica
por radio.
- Si el enfermo se exalta, se agita o se convierte en peligroso, habrá
que utilizar la contención física , (ver PACIENTE
VIOLENTO, normas de actuación).