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FRACTURAS
Se denomina fractura a toda rotura de un hueso producida generalmente por
traumatismos (golpes, caídas, etc.) que, según su intensidad
pueden originar desviación, o no, de los fragmentos. Dependiendo
de si está respetada la integridad de la piel, se pueden clasificar
en:
- Fracturas cerradas, cuando se rompe
el hueso pero no hay heridas en la piel.
- Fracturas abiertas, cuando hay una
herida que permite la comunicación entre el hueso y el exterior,
pudiendo incluso asomar los fragmentos óseos a través
de la abertura. Una fractura abierta siempre está infectada,
o puede estarlo, y por eso es más grave y urgente que una cerrada
del mismo tipo.
Figura 7-42: Fracturas cerrada
y abierta.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
- Dolor, que aumenta al presionar
en el punto de la lesión.
- Deformidad de la zona, en las fracturas
con desplazamiento.
- Hinchazón, calor y enrojecimiento
de la zona.
- Incapacidad funcional, imposibilidad o
limitación de los movimientos habituales.
- Movimientos anormales, crepitación y chasquido
o ruido en el momento de producirse. Estos signos nunca deben investigarse
porque agravan la lesión.
- Hemorragia: en las fracturas cerradas se
verá hematoma («cardenal»).
- Shock, provocado por la propia hemorragia
o por el dolor, (ver
Capítulo 2.1, SHOCK).
CONSEJOS GENERALES DE TRATAMIENTO
Ante la sospecha de la existencia de una fractura se debe evitar que el
lesionado realice cualquier movimiento de esa zona. Habrá que desnudarle
para comprobar la existencia de otro tipo de lesiones (heridas, hemorragias,
otras fracturas), procurando cortar la ropa con cuidado para no moverle
y evitar el consiguiente aumento del dolor.
En el caso de que la fractura sea con desplazamiento de los fragmentos
óseos, no se debe intentar colocarlos en su sitio (reducirlos), salvo
que no se encuentren pulsos arteriales más allá de la zona
de la fractura o falte sensibilidad, en cuyo caso debe pedirse CONSEJO
MÉDICO POR RADIO inmediatamente.
Una vez examinado el accidentado hay que calmar el dolor e inmovilizar
la zona lesionada, (ver apartado INMOVILIZACIONES
Y VENDAJES), teniendo en cuenta que ésta debe comprender las
articulaciones anterior y posterior al punto de fractura, tomando las siguientes
precauciones:
- Si resulta necesario mover al accidentado, aplicar primero tracción
al miembro lesionado tirando suave y firmemente del mismo alejándolo
del cuerpo, antes de intentar moverlo.
- Si se ha fracturado un hueso largo del brazo o la pierna y hay desviación
importante de fragmentos, ha de enderezarse cuidadosamente.
Aplicar tracción de la mano o
el pie y volver a colocar el miembro en posición (ver figuras
7-43 y 7-44). Las fracturas abiertas de articulaciones no deben ser
manipuladas.
Figura 7-43: Alineamiento
de un antebrazo
fracturado.

Figura 7-44: Alineamiento de una pierna fracturada.
- Si la fractura afecta a miembros superiores, retirar
el reloj, anillos y pulseras ya que, pasadas unas horas, se va
a producir una hinchazón que podría comprometer la llegada
de sangre a los tejidos comprimidos por estos objetos.
- Comprobar que la presión ejercida por la inmovilización
no sea excesiva. Para ello hay que dejar descubiertos los dedos de las
manos o pies, donde comprobaremos la sensibilidad
(preguntando al accidentado si nota que le tocamos o le pinchamos con
una aguja), la movilidad (pidiéndole
que mueva los dedos) y la circulación sanguínea
(comprobando el color y la temperatura de la piel, para actuar si aparecen
palidez y frialdad). Si se produce alguna de estas alteraciones, debe
aflojarse la inmovilización.
- En caso de fractura abierta, procede cortar
la hemorragia: tapone y aplique la inmovilización. En estos casos,
la férula hinchable puede ayudar a cohibir la hemorragia.
FRACTURAS DE COLUMNA VERTEBRAL
Las fracturas de la columna vertebral son graves tanto por la repercusión
funcional que pueden tener en la estabilidad y movilidad como porque pueden
producir una lesión en la médula espinal de consecuencias
irreparables. La sección medular se produce por el desplazamiento
de los cuerpos vertebrales fracturados y, dependiendo de la altura de la
lesión (cuanto más cerca del cráneo, mayor gravedad),
se puede originar desde la muerte inmediata hasta la parálisis de
miembros.
Las fracturas de columna son de difícil diagnóstico en el
lugar del accidente; por ello, se sospecharán por la forma de producirse
(caída de una escala, golpe en la espalda, caída desde altura,
etc.) y, ante la más mínima sospecha de su existencia, se
debe actuar como si lo fuera:
- No flexionar nunca al herido, (ver figura
2-15).
- No permitir que se sienta o se mueva.
- No transportarle nunca una sola persona.
- No permitirle que flexione o gire la cabeza.
- Movilizar en bloque, (ver Capítulo
7.6, INMOVILIZACIONES Y VENDAJES).
- Inmovilizar en plano duro, (ver Capítulo
7.6, INMOVILIZACIONES Y VENDAJES).
Ante cualquier duda, es preferible pedir CONSEJO
MÉDICO POR RADIO antes de actuar.
FRACTURAS DE CRÁNEO
Este tipo de fracturas tiene importancia por la posible afectación
del cerebro y otras estructuras importantes que están alojadas en
el cráneo.
Los síntomas pueden aparecer tardíamente y variar según
la zona afectada:
- Bóveda craneal (simple o con hundimiento).
Se puede apreciar una deformidad en la cabeza y los síntomas pueden
ir desde la muerte inmediata hasta un ligero dolor de cabeza. Son frecuentes
las convulsiones y la pérdida de conocimiento, además de
los síntomas locales de cualquier fractura.
- Base del cráneo (es la zona del
cráneo que está debajo del cerebro y comunica con los huesos
de la cara y las vértebras del cuello). Las fracturas de esta zona
pueden ir asociadas a las de las primeras vértebras cervicales,
por lo que hay que tratar con sumo cuidado a estos accidentados. Los síntomas
que sugieren esta lesión son:
- Salida de sangre o líquido transparente similar al agua por
la nariz, los oídos o ambos.
- Hematomas alrededor de los ojos, simulando un anteojo o unas gafas
de aviador, o detrás de las orejas.
Puede ocurrir que aunque no haya fractura de cráneo sí se
produzcan lesiones cerebrales por el golpe.
Ante un traumatismo craneal debemos:
- Comprobar si existe respiración y latido cardíaco, comenzando
inmediatamente la reanimación cardiopulmonar en caso contrario,(ver
Capítulo
1.1, VALORACIÓN DE LA EMERGENCIA)> .
- Explorar el estado de conciencia, las pupilas (tamaño y reactividad
a la luz), el tipo de respiración y las constantes vitales, (ver
Capítulo
3, EXAMEN DEL PACIENTE).
- Inmovilizar el cuello con un collarín cervical, si se sospecha
lesión asociada, (ver INMOVILIZACIONES
Y VENDAJES).
- Mantenerlo en posición lateral de seguridad, (ver
Capítulo 1.5).
- No darle ningún tipo de bebida o comida.
- Abrigar al herido.
- Solicitar lo antes posible CONSEJO MÉDICO
POR RADIO y preparar la evacuación.
- Controlar periódicamente las constantes vitales y el estado de
conciencia.
FRACTURAS DE LA PELVIS Y/O DE LA
CADERA
El herido se quejará de dolor en abdomen, ingles, caderas o riñones.
Presionar sobre los huesos de la cadera, por delante, hacia abajo y adentro;
debe provocar dolor, (ver figura 7-45).
Proceder a su movilización como si se tratara de una fractura de
columna vertebral e inmovilizar, (ver INMOVILIZACIONES
Y VENDAJES).

Figura 7-45: Exploración de los huesos de la cadera.
En este tipo de fracturas la hemorragia es abundante, por lo que habrá
que prevenir el shock hipovolémico, (ver Capítulo
2.1, SHOCK).